Pueden haber doce o quince largos caminos que no cambiaron, pero me puedo levantar y ya no ser esas cosas al costado de tu cama, ni ser una hoja de lagrimas en tu suelo. Me puedo levantar y ser solo el olvido dentro de un cajon, perdido en una alameda casi casi en el desierto.
Nada de papel higienico.
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Ni de telefono
ResponderEliminarNi de luz azul
ResponderEliminarNi de llorar en tu suelo
ResponderEliminarNi de barbijos
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